La creación de observatorios es relativamente reciente, asociada a sectores profesionales que intentan autoevaluarse y, con visión prospectiva, trabajar por la innovación y el desarrollo.
La praxis de dar seguimiento y medir procesos vinculados a la lectura es joven y en Cuba solo existe una entidad encargada: el Observatorio Cubano del Libro y la Lectura (OCLL), con estudios sistemáticos sobre hábitos de lectura y demanda insatisfecha, que indagan sobre los factores que influyen positiva o negativamente en su desempeño.
Fundada el 1º de septiembre del 2008, esta unidad docente de la Universidad de La Habana trabaja en la línea de que alumnos de Comunicación Social y Psicología se vinculen a investigaciones que funcionen como ejercicios académicos y mantiene estrechas relaciones con el Ministerio de Educación, en la capacitación lectora a maestros y bibliotecarios del sistema de Bibliotecas Escolares. También acompaña a la Biblioteca Nacional José Martí en el Programa Nacional por la Lectura —mediante guías, referencias bibliográficas y boletines en las redes sociales— y actualiza sobre el libro y la lectura a los centros provinciales del libro, donde exis-ten “Observadores” que apoyan determinadas encuestas nacionales o tributan con sus resultados investigativos a nivel local.
Asimismo se relaciona con otros observatorios del libro o políticas culturales y desarrolla vínculos de trabajo con el Centro Regional para el Fomento del Libro y la Lectura en América Latina y el Caribe (CERLALC), entidad que evalúa las políticas de lectura del continente.
Además de realizar mapeos parciales que contribuirán a un futuro Mapa lector del país, el OCLL edita cada año un Resumen Estadístico sobre las incidencias de la producción editorial nacional. Este trazado per-mite conocer el potencial existente para promover la lectura y el análisis estadístico ofrece una visión comparativa sobre el comportamiento serial productivo en el curso de los años.
Se trata, en definitiva, de encomendar a la ciencia, lo que de otro modo sería fruto del empirismo o la improvisación. Desde la evaluación de indicadores sobre el trabajo de diversas instancias de la esfera del libro, el OCLL hace recomendaciones a quienes diseñan políticas para difundir la lectura y lograr que en el país se lea más y mejor.