Los 140 años de la publicación de la edición definitiva de Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, la obra del escritor decimonónico cubano Cirilo Villaverde, motivó el segundo panel desarrollado este viernes en el Salón Profesional del Libro, como parte del programa de la 30 Feria Internacional del Libro de La Habana.
En la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena (sede del Salón Profesional del Libro) se dieron cita el Premio Nacional de Literatura Reynaldo González, el escritor y ensayista Luciano Castillo y el profesor y crítico de arte Ahmed Piñeiro, para dialogar en torno a diversos correlatos multimediales de uno de los textos cumbres de la literatura nacional.
González resaltó que en Cecilia Valdés está la intención de su autor de escribir una novela que trasciende la historia de un amor entre dos personas de diversas posiciones sociales, para convertirse en un análisis cultural, económico y racial de la realidad social de la época. Un análisis escritural complejo —refirió el Premio Nacional de Literatura— logrado en esa fecha solo por los grandes narradores franceses.
Amor difícil, amor que arrastra y esconde un secreto incestuoso, y que sirve para contar, parte del decursar histórico cubano. En ese sentido, Reynaldo González subrayó que Villaverde logra perfilar los hilos de la economía decimonónica nacional: «La economía está en la novela constantemente, aunque no se mencione de forma directa. Esto posibilita realizar un estudio de Cecilia Valdés desde otro ángulo».
«Este es un libro que ameniza y enriquece la cultura de un país, un libro mal leído, un libro que debemos leer de otro modo», sentenció.
Por su parte, Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba, habló de las versiones cinematográficas del texto de Villaverde. Recordó la cinta rodada en 1947, una coproducción mexicana con la mayor cantidad de intérpretes en los créditos finales (101) de la filmografía antillana hasta la actualidad.
Un largometraje del que solo se conservan en el país imágenes de su filmación, y que no gozó de buena crítica. De él, la intelectual cubana Mirta Aguirre dijo que era una obra en la que los personajes no se presentan; y los nudos y conflictos que se ven no se posan, y de pronto explotan.
También, Castillo rememoró la libertad creativa de Humberto Solás en su Cecilia (1982), con las interpretaciones protagónicas de la cubana Daisy Granados y el español Imanol Arias.
Mientras, en el ámbito musical, Ahmed Piñeiro rememoró los 90 años de la zarzuela que, sobre la novela de Villaverde, realizó el músico Gonzalo Roig; y habló de otras obras líricas y piezas de ballet que adaptan el texto o se nutren de sus elementos esenciales.