Cómo traducir la belleza

Pessoa en uno de sus versos dijo: «El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que hasta finge que es dolor el dolor que de veras siente». También escribió otras cosas dolorosas, con estructuras bellas, con rima y sin rima. Escribió que hay bastante metafísica en no pensar en nada, que todas las cartas de amor son ridículas y que el cielo es pesado como la idea de no llegar nunca a un puerto.

Conceição Evaristo en su lírica cuenta: «Cuando muerda la palabra, por favor, no me apuren, quiero masticar, rasgar entre mis dientes, la piel, los huesos, el tuétano del verbo, para así versar el centro de las cosas». También relata otras cosas a través de su técnica de escrevivencia que es la fusión del arte de escribir y vivir y mirar.

Y Virgilio López Lemus que es poeta también, retrata: «llueva sobre el hielo, llueva sobre el hombre y que no tenga nombre la lluvia, que llueva sobre el río, que llueva sobre el frío glacial de las montañas, que llueva en las entrañas del ser para la muerte». López Lemus, además, fabula en versos y escruta el mundo a través de ensayos y ahora se introduce en los pensamientos de Pessoa y de Evaristo para traducir sus bellezas.

«Nosotros tuvimos la posibilidad de publicar este año la obra poética de una extraordinaria brasileña, Concepción Evaristo. Ella es una escritora de la afroamericanidad. Aunque en esencia es una narradora, una novelista. Sus imágenes artísticas tienen mucho que ver con la cultura negra de América Latina. Pero más que el calificativo de una autora de la negritud, es en realidad una autora del mestizaje», describe López Lemus. Poemas de la remembranza y otros movimientos lleva en Brasil unos veinte años de existencia.

Traducir es una forma de creación. El imaginario del escritor atraviesa el cristal de otra lengua y fluye nuevamente por el circuito de la poética en los sinuosos caminos de la mente del traductor.

«La tradición poética brasileña es muy cercana a nosotros en el plano artístico y en el del lenguaje. Muchas escenas que ocurren en Brasil encuentran eco en la realidad de Cuba, sobre todo, insertándose en el universo del mestizaje. Esta traducción no resultó fácil, porque la escritora utiliza términos particulares no solo del portugués, sino también de algunos dialectos y vocablos africanos. Por otro lado, cuesta traducir entre dos idiomas tan próximos, pues eso crea trampas a la hora de trasladar las ideas y uno puede equivocar el verdadero sentido semántico de un término».

En septiembre del año pasado, cuando le encargaron trasladar a nuestra lengua la poética de Evaristo, López Lemus se sintió convocado ante un reto considerable. Ya había traducido en el transcurso de los años anteriores, quince títulos del idioma portugués provenientes de Angola, Portugal, Mozambique y el propio Brasil. En cambio, para reinterpretar los versos de la brasileña debió acudir incluso a notas al pie de página, porque a muchos elementos de la africanidad no les encontró una sincronía acertada en el español.

Acerca de los frecuentes puntos de contacto que es posible rastrear en la obra, López Lemus afirma: «Yo creo que la mujer cubana va a descubrir a una poeta que habla también de ella. Y encontrar el imaginario de una cercanía que se construye en la perspectiva íntima, familiar y, también, a partir del elemento de la religiosidad proveniente de África en Brasil que tiene muchísimo en el mundo de la santería cubana».

Los versos de Evaristo le recuerdan a la poesía conceptualista de Cecília Meireles, a las aproximaciones de la cubana Georgina Herrera y, de cierto modo, a «Mujer negra» de Nancy Morejón. «La escena literaria cubana necesita de la publicación de autores de relieve contemporáneos vivos».

Al respecto de su volumen que recopila trescientas páginas de piezas líricas del portugués Fernando Pessoa, comenta López Lemus: «Estas traducciones datan de hace más de cuarenta años, desde el momento en que empecé a leer a Pessoa en mi juventud».

La recopilación es un recorrido por la mayoría de los libros y todos los personajes heterónimos de Pessoa, de ahí que se titule Cinco Pessoas, que trasladado al español sería cinco personas. Cuatro heterónimos de Pessoa y él mismo, que es un ortónimo, trazan un movimiento en el que se integran cinco poetas distintos, que conviven en la musicalidad del poeta

Aunque su traducción capta los formatos de la poética universal, López Lemus adapta el lenguaje a la realidad caribeña. Al español peculiar de Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Colombia, Venezuela, contaminado por elementos multiculturales.

«Yo creo que el portugués es uno de los idiomas más bellos del planeta. Dotado de giros sorprendentes y numerosos significados y matices contenidos en un solo término. Es un lenguaje con mucho personalidad y transferir esa sonoridad, el ritmo preciso, no es sencillo».

Al respecto de su quehacer de traducción confiesa: «La lectura de la lírica siempre deja una huella, una vibración. La poesía de calidad te induce a sentir que has trabajado también con la belleza».

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