La eternidad somos nosotros

«La literatura es una prolongación de la música», confesó Francisco López Sacha en el coloquio para homenajear su trayectoria como narrador desarrollado en el marco de la Feria Internacional del Libro de La Habana 2024. El evento, emplazado en la sala de presentaciones Nicolás Guillen, contó con panelistas de renombre como la escritora Dazra Novak, el poeta Waldo Leyva y Yanelis González, directora de la Editorial Letras Cubanas que auspiciaba el evento en conjunto con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

«Somos muchos los que estamos felices de que también se le dedique esta edición 32 de la Feria al escritor más musical que tenemos», explicó Dazra Novak, mientras situaba las canciones de los Beatles y otras bandas sonoras como un punto de inflexión en la vida del literato. Y es que el propio Sacha confesó ante las decenas de asistentes que siempre quiso ser cantante de rock and roll.

En este espacio también se presentó su más reciente novela: Voy a escribir la eternidad, la cual constituye, en palabras del autor, una propuesta ambiciosa que sigue la estructura argumental aleatoria de grandes libros que se han quedado en la memoria colectiva del cubano como la Rayuela de Cortázar y Tres Tristes Tigres de Cabrera Infante. La sensación de improvisación que deja entrever la novela durante su lectura, Sacha la toma del orden musical del jazz, un género esencialmente aleatorio.

Con este arriesgado ejercicio narrativo Sacha pretende hacerle llegar a los lectores la idea de que la vida es un acto de despedida. «Yo escribo para despedirme», remarca.

Su novela, con la poesía que acompaña cada momento narrativo, es un tránsito de la emoción desde ese Manzanillo natal de Sacha a los tiempos más cercanos. Es una evocación del recuerdo de lo pasado mezclado con la añoranza, que además nos permite asomarnos a distintos acontecimientos históricos; cuestionamientos de la vida, del tiempo, de cuánto acaparamos de las experiencias vitales, explica Dazra Novak.

En Voy a escribir la eternidad, que es Premio Alejo Carpentier 2023, Sacha puede discurrir acerca de las menudencias, los contactos y las asociaciones insólitas que conforman la materia indeleble que es la vida. «No es un homenaje―aclara― estoy revisitando el mundo de mis padres, regreso a La Demajagua donde estuvo mi bisabuelo, al origen de la noción de independencia de Cuba que ocurrió a 10 km de Manzanillo…, me demore 29 años en hacerlo. No 29 años físicos, sino un periodo de dejar y retomar».

El poeta y periodista Waldo Leyva intervino narrando anécdotas de sus años estudiantiles comunes en la Escuela de Letras de la Universidad de Oriente y su juventud en cercanía de Sacha, al cual reconoció como un hombre de un amplio espectro en la cultura.

En el público se encontraban el Ministro de Cultura Alpidio Alonso; Juan Rodríguez, presidente del Instituto Cubano del Libro; Alberto Marrero presidente de la Asociación de Escritores de la UNEAC, el escritor Reinaldo Montero y otras figuras del panorama de la narrativa en Cuba, así como admiradores del homenajeado. Durante el evento, el sello Letras Cubanas anunció que la tirada de la novela en físico iría acompañada de la publicación en formato Ebook por medio de plataformas como Ruth Casa Editorial.

El evento, a pesar de ser breve, permitía descubrir el concepto que vertebra la más reciente publicación de Sacha: «El criterio es que la eternidad somos nosotros; nuestra vida implica un cambio, una singularidad, que no se repetirá nunca».

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