«Soy feliz porque a Brasil nos unen lazos que van más allá de la naturaleza de las cosas, lazos invisibles», declaró Gertrudis Ortiz durante un conversatorio en el Salón José Antonio Portuondo de la Feria Internacional del Libro de La Habana. En el evento se presentó el volumen de Conceiçao Evaristo: Poemas de la remembranza y otros movimientos publicado en su país de origen por primera vez en 2008.
El poemario traducido por el ensayista y escritor Virgilio López Lemus estará disponible al público en los espacios de la feria. Aseguró Gertrudis Ortiz que esta será una oportunidad idónea para adentrarse en las maravillosas palabras de humanidad de Evaristo. «¿Cómo no volar si ella es el ave cuyo vuelo dimensiona el espacio?», expresó acerca de esta autora.
Ortiz también trazó un bosquejo por los inicios literarios de Evaristo cuando sus textos fueron incluidos en la publicación especializada brasileña Cuadernos negros. Evaristo, nacida pobre en una favela, ha encaminado sus esfuerzos y batallas a la reivindicación de las mujeres pobres y negras en un país con enormes desigualdades sociales. Sus letras son reverenciadas en Brasil, donde a menudo las lecturas y presentaciones de sus obras de tan concurridas parecen «cerradas por capacidad», relató Ortiz.
«Su poesía posee una delicadeza extensiva, una manera delicada de acercarse a lo vivencial que no deja de ser denuncia y reconocimiento del otro: el marginado», anota Ortiz. La voz femenina de Evaristo es un manifiesto para la definición de una identidad que trae de vuelta sus resonancias personales.
En los versos de la escritora se configuran la realidad y los sueños; las cosas que conforman el mundo material y lo que constituye el espíritu. Evaristo navega hacia lo trascendente, lo ingrávido y es también una íntima travesía emocional; «un manantial insomne».
Las metáforas e imágenes de gran organización en Poemas de la remembranza y otros movimientos muestran los sentimientos humanos, lo maternal, la familia, lo ancestral, la herencia africana, la resistencia y la astucia para sobrevivir en un mundo tan injusto. «Este libro es agua limpia que sale y enriquece los días de la vida», concluyó Ortiz.
Evaristo señaló que es muy positivo que la traducción de su libro emplee el español del Caribe, al considerar que el dolor que cercena Brasil es compartido por los países de esa región. Afirmó que «nosotros compartimos ese diálogo que es transnacional; como si hubiéramos escrito la nacionalidad brasileña y la nacionalidad cubana en un mismo plano».
La autora recalcó que en cualquier paraje del continente las personas negras experimentan una condición muy específica y el discurso literario siempre trae esas experiencias a nivel consciente e inconsciente.
Se realizó una lectura en portugués por la poetisa complementada por otra en español de López Lemus de dos de sus piezas líricas: «Mi cuerpo igual» y «En la mujer, el tiempo». La iniciativa se sostenía en el hecho expresado por Evaristo de que la lengua escrita es incompleta frente a la oralidad porque el lenguaje oral tiene la melodía de la entonación. «Una de las estéticas que busco es contaminar dentro de lo posible el texto escrito con la oralidad», explicó.
Ante el ejercicio que propuso Evaristo en su lírica de que el lenguaje africano se incorpore al contenido del texto y lo resemantize, López Lemus traduce una poesía que no es ni negra ni blanca, sino mestiza.