La 32 Feria Internacional del Libro de La Habana dedicó un espacio al diálogo sobre la historia del genocidio cauchero en la Amazonía.
La historia de la selva amazónica es una deuda pendiente con los pueblos indígenas que la habitan. Este lunes 19 de febrero asistieron investigadores colombianos a la sede principal de la 32 Feria Internacional del Libro de La Habana. Su indagación en la historiografía colombiana dedicó el encuentro al centenario de La vorágine, novela cumbre de José Eustasio Rivera.
La vorágine se considera un clásico de la literatura colombiana en el realismo social latinoamericano. Retrató la violencia que se vivió en la selva amazónica durante el genocidio de los pueblos originarios de la Amazonía por la industria cauchera.
Carmen Millar Benavides recogió la papelería secreta de Rivera para explicar el recorrido literario que anduvo el autor. «Comenzó leyendo la selva y terminó escribiéndola», refirió sobre los poemas y novelas de la papelería de Rivera. La investigación destacó poemarios de mujeres colombianas y la novela romántica Iracema de José de Alencar como principales influencias en La vorágine.
Cuando se comparte sobre obras del realismo social, es indispensable citar a Alejo Carpentier, esta vez con Los pasos perdidos. Carpentier estaba buscando un canto para acompañar la muerte. La historia inspiró a la creación del grupo etnomusical Yaki Kandru para rescatar la música de pueblos originarios.
El embajador de Colombia en Cuba, José Fernando Bermúdez, asistió al coloquio en calidad de oyente y compartió sobre la obra literaria de Fernando Choa Falla, Sangre de estrellas, un libro que elaboró a través de entrevistas a nativos de la Amazonía.
«En la selva quedó una memoria tapada por los sobrevivientes del holocausto cauchero. Más de 50 mil indígenas fueron masacrados. La gente tenía mucho dolor, no quería revivirlo», explicó Choa acerca de la realización de su obra entre relatos de licantropías que escuchaba de los entrevistados.
El mediador de la charla, Francisco Flórez, habló en nombre del Archivo Nacional de Colombia. «Uno de los compromisos que asumí con la Comisión de la Verdad fue darle movimiento a la información sobre los testimonios de comunidades indígenas víctimas del reclutamiento forzado», declaró Flórez a la audiencia.
El espacio demostró la persistencia de rescatar la historia de la Amazonía en voz de los testigos de su tiempo para que no sea devorada por la tierra.