Los diversos saberes de Lisandro
De derecha a izquierda: Pedro de la Hoz, Nancy Morejón y Jorge Fornet

«Lisandro Otero es de los intelectuales más sólidos y reconocidos de las letras cubanas», aseguró este lunes la escritora Nancy Morejón, en un panel celebrado en la sala Villena de La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), a propósito del aniversario 90 de su natalicio.

La cita tuvo lugar durante la 31 Feria Internacional del Libro de La Habana y contó con la presencia del periodista y crítico literario Pedro de la Hoz; la poeta, ensayista, periodista y traductora  Nancy Morejón y el investigador y director del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas, Jorge Fornet, conocedores de la trayectoria de Lisandro Otero, y quienes recorrieron los diversos saberes de su obra que incluye los de periodista, escritor, director y diplomático.

Reconocido como uno de los principales narradores contemporáneos de la Isla, fue autor de más de veinte títulos. Entre sus libros más famosos se encuentra la Trilogía Cubana, integrada por las novelas La situación, En ciudad semejante y El árbol de la vida, a los cuales Jorge Fornet hizo referencia.

Su condición de trabajador incansable, lo hizo merecedor de numerosos reconocimientos, entre ellos, la Orden Nacional al Mérito, concedida por el Gobierno francés, y los premios nacionales de Periodismo en Cuba (2002) y del Club de Periodistas de México, así lo reconoció Nancy Morejón al hacer alusión a su obra como periodista.

En ese sentido, citó un fragmento de un artículo de Graziella Pogolotti: «los grandes de nuestra literatura han sido también excelentes en el periodismo, porque este engendro requiere la paciencia del investigador y el talento literario».

Por otra parte, Pedro de la Hoz destacó a Lisandro Otero como un cronista musical, aspecto poco conocido de su labor como periodista.

Un momento especial del coloquio lo protagonizó Jorge Fornet, quien al referirse a los aportes de Lisandro Otero a la ensayística, señaló que Llover sobre mojado es una de las novelas más apasionantes de la historia intelectual cubana, pues para el escritor, la historia tenía gran importancia en su vida y en su narrativa.

Al cierre, personalidades de la cultura contaron sus experiencias con Lisandro Otero, y lo ratificaron como uno de los más importantes narradores contemporáneos de la Isla.

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